El proceso de traducción es largo y no todas las etapas son igual de divertidas. A mí me desespera la fase de revisión, cuando tienes que leer y releer la traducción en busca de erratas y errores. Hay que mantener alerta los sentidos y no desconcentrarse ni un segundo, puesto que un solo desliz puede hacer que se te escape algún error. No obstante, detrás de esta etapa llega una de las partes más satisfactorias: ver la traducción totalmente terminada y lista para entregar, finalizar un trabajo que te ha llevado meses y poner definitivamente punto y final a una novela que te ha acompañado durante bastante tiempo y que ya sientes como tuya de las veces que la has leído.
Acabo de enviar un email a mi editor con mi último trabajo. Ya no solo es mi traducción, sino que va camino de ser también vuestra. Se trata de una novela que creo firmemente que va a gustar mucho a las más jóvenes. La que acabo de terminar es la segunda parte, pero pronto podré hablar de la primera, pues queda muy poquito para que salga a la venta. Es divertida y muy simpática, os lo prometo, y está narrada de una forma muy peculiar. Yo, por lo pronto, creo que merezco un par de días de descanso.
Ay, te entiendo tan bien... Ahora mismo estoy corrigiendo un libro y quiero cortarme las venas. Por suerte cuando lo terminas es muy satisfactorio y merece la pena.
ResponderEliminar¡Me encantan estos artículos!
Mike: si es que la parte de la corrección es pesadísima. ¡Mucho ánimo! :)
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