Y no los míos. Me refiero a los agradecimientos. Vale, no tiene gracia. Empiezo de nuevo. Escribí la semana pasada que tenía muchas ideas interesantes (o eso creo) para el blog, muchas cosas que contaros (bueno, en realidad no tantas), y justo empiezo con uno de mis desvaríos. Aunque tiene que ver con traducción, así que este es su sitio.
Es viernes, ya asoma el finde y espero que haga buen tiempo para poder pisar la playa (aunque no voy a mostrarme muy optimista). Qué mejor día que hoy para hablaros de mi miedo a equivocarme a la hora de trasladar todos los nombres de los agradecimientos en una de mis traducciones. Sabéis de lo que os hablo, ¿no? Está la novela y al final, en las últimas páginas, el autor o autora comparte una nota de agradecimientos, a menudo de varias páginas. Me parece muy bonito, un detalle emotivo, debe de ser una pasada ver tu nombre en una de esas páginas, pero para la traductora (en este caso yo) es algo delicado, pues hay muchos nombres, algunos muy raros (y no son españoles) y la lista suele hacerse interminable. A veces me da la sensación de que reviso más veces la lista de nombres que la novela en sí, y es que, además, al no ser nombres españoles, hay que comprobar que las letras están bien puestas, que efectivamente es Connie y no Conie, que el apellido tiene una hache que se me había pasado, que no me he comido una consonante. ¡Qué complicado! Seguro que en alguna ocasión he escrito mal algún apellido (¡lo siento!), aunque, para qué engañarnos, seguro que a más de un autor le ha pasado lo mismo. Tengo que confesar un truquillo que he usado varias veces, cuando la lista de nombres ya es demasiado extensa (demasiado de más), y es que he hecho un copy-paste para así asegurarme de que todas las letras están, de que los nombres son los que son y no he cambiado un Louise por Louis (¿os imagináis?). En este caso, también tengo que revisar bien que no me haya dejado una palabra en la lengua origen que estuviera ahí entre los nombres. Menudo lío, ¿eh?
En resumidas cuentas, me suelen estresar los apartados de agradecimientos por ese motivo, porque siempre tengo la sensación de que voy a cambiarle el nombre a alguien. Me consuela saber que los agradecidos seguramente no vayan a leer la traducción, pero, aun así, siempre hago varias revisiones con el original al lado para asegurarme de que no haya errores.
Y esta es mi maravillosa aportación a un viernes tarde. Y, además, un viernes previo a Semana Santa. Espero que tengáis un buen fin de semana y unas vacaciones entretenidas.
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